¿Qué contiene la leche?
La leche está compuesta principalmente por agua y, en menor proporción por sales minerales y calcio, hidratos de carbono (lactosa), grasas, proteínas (un 60% de proteínas séricas o suero de la leche y un 40% de caseína) y vitaminas. La leche de los mamíferos domésticos (principalmente de vaca, aunque también de oveja, cabra, yegua, camella), forman parte de la alimentación humana diaria en la mayoría de las civilizaciones.
La composición de la leche de cada mamífero es específica y se adapta a las necesidades de crecimiento de sus crías.
La leche materna es el alimento más adecuado para el niño durante los primeros meses de su vida. Cuando la mujer no puede dar lactancia, se suele sustituir por leche de vaca adaptada. Esta leche tiene un alto contenido en proteínas, siendo la caseína el 80% del total y las proteínas del suero el 20%; La leche maternizada se adapta a la proporción de proteínas de la leche materna, pero estas proteínas son algo diferentes a las de la madre.
¿Qué es la alergia a la leche?
El paciente que presentan una reacción a la leche adaptada reconoce como extraña alguna de las proteínas de esta leche que son diferentes parcialmente a las de la madre y tras un contacto previo con la leche adaptada, a través de un biberón anterior o por paso de leche a través de la placenta, presenta una reacción imunológica contra estas proteínas.
Las reacciones a la leche pueden ser inmediatas cuando es una reacción alérgica que se produce por una reacción inmunológica contra la leche y son reacciones graves, como urticaria hinchazón en cara y manos, algunos casos con asma, etc. incluso ante pequeñas dosis de leche.
La intolerancia a la leche se manifiesta más tardíamente, horas después de su ingesta, con síntomas digestivos como vómitos, meteorismo o diarrea, y precisa de una dosis mayor de leche para producir la reacción. La intolerancia no suele ser grave para el individuo, pero acaba por eliminarla de la dieta por sus efectos adversos.
¿Por qué se tiene alergia a la leche de diferentes animales?
Las leches de cabra y oveja, tienen proteínas muy semejantes a la de vaca y por ello suelen producir también reacción alérgica cruzada en un niño que tiene alergia a las proteínas de la leche de vaca. En casos excepcionales pueden tolerarla, cuando la parte de la proteína de la leche de vaca contra la que reaccionan no es similar a estas leches. En cambio las leches de camella, yegua o búfala son diferentes y pueden tolerarse más en estos pacientes.
¿Se puede ser alérgico a la leche y carne de vaca?
Los pacientes que tienen alergia a la leche de vaca, muy pocas veces no suelen tolerar su carne. Esto se debe a que la proteína en común entre ambas, la sero albúmina bovina, no soporta la cocción a altas temperaturas que destruyen este alérgeno, por lo que los pacientes suelen tolerarla.
¿Cuándo aparece la alergia a la leche de vaca?
La alergia a la leche de vaca aparece en niños cuando se administra leche adaptada y suele producirse en la primera semana de esta introducción. Esta circunstancia suele producirse por tanto durante el primer año de vida. Con una dieta estricta de leche de vaca y derivados lácteos que la contengan, en dos o tres años pueden volver a introducirla y tolerarla; siempre bajo el control del alergólogo.
La alergia a la leche de vaca suele ser excepcional en la población adulta.
¿Qué debo hacer cuando sospecho que mi bebé tiene alergia a la leche de vaca?
Acudir con el bebé a un especialista de alergia, habiendo evitado los antihistamínicos durante una semana, y ante la sospecha le realizará pruebas alérgicas cutáneas con proteínas de leche de vaca. Muchas veces es suficiente para llegar a un diagnóstico.
En caso de confirmar la alergia, deberá realizar una dieta exenta de leche de vaca (ver recomendaciones para alérgicos a la leche de vaca), y de sus proteínas, así como otras leches de animales, evitando todos los derivados que contengan leche e incluso alimentos con pequeñas trazas de leche.
Se le administrarán fórmulas especiales de leche que contengan las proteínas de la leche hidrolizadas (separan las proteínas en sus componentes y evitamos que reaccione el paciente alérgico) o se sustituirá por leches vegetales como leche de soja.
También se realizarán unas recomendaciones para el comedor escolar, para evitar la ingesta inadvertida de leche de vaca o sus derivados.
Su especialista de alergia debería rellenar el protocolo de actuación ante una reacción en la escuela, y en centro educacional deberían disponer de la medicación necesaria en caso de reacción (antihistamínicos, corticoides y adrenalina) y saber como utilizarla.
Posteriormente le realizará un seguimiento de los niveles de IgE o anticuerpos frente a la leche y sus proteínas. Y cuando estos desciendan a nivel casi indetectables se repetirán las pruebas de alergia a las proteínas de leche y si son negativas se probará tolerancia oral con leche mediante provocación controlada en la consulta de alergia.
Cuando se compruebe tolerancia para leche de vaca o adaptada en lactantes, se deberá continuar posteriormente en domicilio la administración diaria de esta leche.
¿Qué es la prueba de provocación controlada a la leche?
La prueba de provocación consiste en la administración del alimento en cantidades crecientes, con intervalos de tiempo establecidos, hasta llegar, en caso de no observarse reacción, a la cantidad equivalente a una ración habitual. Estas pruebas conllevan un riesgo, por ello deben ser controladas por personal sanitario entrenado y supervisadas por el especialista en un centro sanitario.
En los lactantes, las pruebas de tolerancia deben realizarse con fórmulas adaptadas de leche de vaca.
¿Cómo puede ser la evolución de la alergia a la leche?
En la mayoría de los niños que son diagnosticados de alergia a las proteínas de la leche de vaca suele producirse la sintomatología clínica durante el primer año de vida. Y con una dieta absoluta exenta de proteínas de leche de vaca y sus trazas, puede conseguirse una tolerancia a esta leche de alrededor de un 70% de los pacientes al tercer año de vida. Posteriormente la tolerancia se instaura más raramente.
Un descenso de las pruebas alérgicas y los valores de IgE frente a proteínas de leche de vaca, suelen predecir una tolerancia a esta leche, y al revés. Persiste más la alergia en los pacientes con IgE alta frente a caseína y la asociación de alergia a otros alimentos.
Estos niños son más propensos a ser alérgicos a otros alimentos, sobre todo el huevo en el 50% de los casos y en los años siguientes se puede asociar con alergia respiratoria como rinitis o asma.
No hay evidencia de que se deba retrasar la introducción de los otros alimentos en la dieta del niño.