Alergia cutánea

Cuando tengo picor en la piel, ¿tengo alergia?

En general, cuando se observa una afectación de la piel en forma de urticaria, con habones y picor o en presentación de dermatitis por eccema, la mayoría de las veces lo relaciona con una causa alérgica o simplemente acuden al médico diciendo que tienen alergia.

Por ello, se presenta en este grupo diversas manifestaciones cutáneas que se refieren como cuadros alérgicos, cuando realmente sólo una pequeña parte son de causa alérgica, aunque previamente se ha tenido que realizar un estudio alérgico para, precisamente, descartar esta posible causa.

Además como es conocido, un porcentaje por encima del 20% de la población, en algún momento de su vida presentará un cuadro de urticaria y acudirá a una consulta médica para administrar un tratamiento que remita la sintomatología. Es la patología cutánea más frecuente, y puede persistir desde horas a años aunque no deja lesiones permanentes en la piel.

El cuadro de dermatitis atópica también se relaciona con la alergia, aunque la mayoría de las veces no se encuentra una causa directa alérgica, pero un porcentaje importante de pacientes afectos pueden desarrollar a lo largo de su vida enfermedades alérgicas respiratorias o incluso alimenticias dada la alteración genética que se encuentra en la mayoría de estos pacientes, con niveles elevados de IgE y su relación para predisponer a la sensibilización de sustancias proteicas.

También podemos encontrar una alteración inmunológica en la dermatitis de contacto, donde el paciente reacciona con el contacto con la piel con determinadas sustancias a las que está expuesto, pero esta respuesta inmunológica no suele estar relacionada con la IgE sino es una respuesta mediada por un mecanismo inmunológico por linfocitos y la respuesta por el contacto con la sustancia alergénica no es inmediato; se suele presentar horas después de su exposición.

El angioedema, consiste en la hinchazón de partes laxas de la piel, como cara o genitales, y aunque puede acompañar a la urticaria y ser una manifestación de ella en estas localizaciones, cuando aparece sólo puede deberse a otras enfermedades más complejas donde la alteración se debe al sistema del complemento y los tratamiento son diferentes a los habituales de la urticaria.

Y dentro del epígrafe de alergia al sol, se incluyen también dermatitis que la mayoría de la veces no es alérgica, y se trata de una dermatitis irritativa, que se manifiesta en los primeros momentos de la exposición solar en la primavera cuando la piel todavía no ha creado una protección mediante la producción de melanina y el característico color moreno, para evitar la irritación de los rayos ultravioleta e infrarrojos solares.

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