Alergia respiratoria

 

 ¿Qué son las vías respiratorias?

Systema respiratorio

Las vías respiratorias comprenden la vía respiratoria superior, que abarca la nariz con los senos paranasales, boca, faringe, y la vía respiratoria inferior, con la laringe, tráquea, bronquios y pulmones.

La mucosa bronquial y nasal son muy similares y pueden afectarse conjuntamente como consecuencia de un proceso inflamatorio, lo que lleva a pensar que la rinitis y el asma sean una misma enfermedad.

El asma y la rinitis coexisten en muchos pacientes; el 70-90% de los pacientes con asma tiene rinitis y el 19- 38% de los pacientes con rinitis tiene asma.

Con frecuencia la rinitis precede al asma, y por lo tanto es un factor que predispone al desarrollo de la enfermedad bronquial.

El asma es más frecuente en pacientes alérgicos a los ácaros del polvo o los epitelios de los animales que en los pacientes alérgicos a pólenes.

 

¿Qué sustancias pueden producir alergia en las vías respiratorias?

Se llaman inhalantes a las sustancias que pueden penetrar a las vías respiratorias mediante respiración, al coger aire, ya sea por la nariz o por la boca llegando al árbol bronquial.

Los inhalantes que producen alergia habitualmente son los pólenes. Los más frecuentes podemos dividirlos en gramíneas, en pólenes de árboles, como olivo, palmera, pino, ciprés, abedul, platanera de sombra, roble, encina, fresno, y los pólenes de malezas, como el Chenopodium, Artemisia, Salsola, Parietaria, Llantén, Rumex, Ambrosia, etc.

Otro grupo importante de alérgenos son los ácaros del polvo, que podemos dividir en ácaros domésticos, los que podemos encontrar en el hogar, como Dermatophagoides pteronyssinus, Dermatophagoides farinae y Euroglyphus; y los ácaros de depósito como Lepidoglyphus, Tyrophagus, Blomia Acaro siro y Chortoglyhpus.

Dentro de los hongos disponemos de la Alternaria, Aspergillus, Cladosporium, Penicillium, Rhizopus, Mucor, Botritis, etc.

Otro grupo de inhalantes son las plumas y los epitelios de animales, siendo un grupo muy amplio y con mayor presencia por la frecuente exposición del paciente a perro, gato, caballo, conejo, hámster, cobaya, ratones, e incluso a excrementos de cucaracha.

También pueden producir alergia sustancias químicas que liberan polvo o gases, como el látex, maderas, enzimas, harinas, isocianatos, y otras sustancias químicas durante la exposición laboral.

 

¿Cómo diagnosticamos la alergia respiratoria?

Los alérgenos inhalantes más habituales están bien purificados y estandarizados y contienen la cantidad apropiada de proteína y en una concentración de riqueza proteica y potencia equivalente del mismo extracto alergénico. Por este motivo producen una respuesta adecuada cuando se aplica en la piel mediante prueba cutánea para su diagnóstico.

En cambio, otros alérgenos dada su baja frecuencia de sensibilización o la imposibilidad de realizar extractos para pruebas, dada su toxicidad o baja riqueza proteíca, se utilizan para su diagnóstico las pruebas de exposición, que pueden ser mediante provocación del alérgeno por la vía respiratoria que produce los síntomas, nasal o bronquial.

En casos de asma laboral con productos químicos se realiza un seguimiento de los flujos espiratorios pulmonares, mediante medición diaria antes y después de la exposición laboral y se compara la respuesta pulmonar en relación con los días que no está expuesto.

 

¿Cómo tratamos la alergia respiratoria?

Siempre que diagnosticamos una causa que provoque síntomas respiratorios hay que retirar esta fuente alergénica, como puede ser el animal, manchas de humedad, exposición laboral. Pero no siempre es posible, ya sea por sustancias que se encuentran habitualmente en el ambiente como pólenes, hongos, o por exposición laboral, lo que dificulta la supresión absoluta de la exposición a estas sustancias.

Entonces si persisten los síntomas es necesario aplicar un tratamiento sintomático, que estará en relación con los órganos afectos, nariz, ojos o pulmón, y de la intensidad y frecuencia de estos síntomas.

En caso de persistir los síntomas con las medidas anteriores, lo que se asocia con una alteración de la calidad de vida del paciente, si disponemos de inmunoterapia con los alérgenos responsables de su cuadro clínico, tendríamos que valorar la composición de las mismas, alcanzando una concentración óptima del alérgeno, así como una duración de la inmunoterapia para que sea eficaz.

 

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