Alergia a animales

¿Qué animales pueden producir alergia?

La alergia a los animales se produce por contacto directo con ellos o mediante inhalación de partículas procedentes de los animales aún cuando no están presentes. Cualquier animal de pelo o plumas puede ocasionar alergia en personas predispuestas genéticamente.

Los gatos y los perros son la causa más frecuente, debido a que son las mascotas más comunes, pero se ha descrito alergia a otros muchos animales, como caballos, conejos, cobayas, hámsteres, ratas, ratones, jerbos, chinchillas, hurones, ardillas, aves domésticas, iguanas, etc.

La probabilidad de hacerse alérgico va a depender del animal al que una persona está expuesta. Quienes trabajan con animales de laboratorio tienen mayor riesgo de hacerse alérgicos a los roedores. Los veterinarios y las personas que trabajan en granjas pueden desarrollar alergia a vacas, cerdos, caballos.

Se han descrito casos de alergia a ciervos entre cazadores; a grandes felinos y animales salvajes en trabajadores de zoológicos y circos; alergia a zorros y visones en la industria peletera.

¿Qué produce la alergia a los animales?

Los alérgenos de los animales están contenidos en las secreciones de sus glándulas sebáceas y salivares, y en sus excrementos. Por tanto, se produce alergia por inhalación o el contacto con la caspa, el pelo,las plumas, la orina, la saliva o el suero de animales.

Pero el principal causante de la alergia a los animales son las partículas de caspa, que contienen los alérgenos formados en las secreciones de las glándulas sebáceas y salivares. En los animales al descamarse la piel se originan pequeñas partículas capaces de permanecer flotando en el aire durante largos períodos de tiempo y, cuando son inhaladas, ocasionan síntomas alérgicos en nariz, ojos y vías respiratorias. Por este motivo, los pacientes alérgicos a animales notan síntomas nada más entrar en casas o lugares donde los hay, aunque no estén presentes en ese momento.

El pelo también puede causar alergia, pero con menos frecuencia ya que se deposita en el suelo y no permanece en el ambiente.

La caspa y otras partículas de los animales se pueden adherir a la ropa y al pelo de las personas, de manera que se acumulan en lugares como escuelas, transportes y edificios públicos, o incluso en casas donde no hay animales, pudiendo ocasionar síntomas respiratorios en personas alérgicas.

La orina es la principal fuente de alérgenos en roedores. Cuando se seca, queda adherida a las pequeñas partículas de polvo o del lecho de las jaulas, que se mantienen flotando y se distribuyen por el aire a zonas alejadas de la vivienda o de las instalaciones de animales donde se encuentran los roedores.

Existen proteínas alérgicas en animales que pueden ser parecidas entre diferentes animales, como las albúminas y por eso algunas personas pueden ser alérgicas a gato y perro, teniendo contacto con sólo un animal.

¿Puede haber alergia a aves y reptiles?

Se ha descrito alergia a las plumas de las aves y a las escamas de reptiles. Pero es poco frecuente y puede ser por la secreciones sebáceas que con el pico se distribuyen por las plumas.

Existe la enfermedad llamada neumonitis por hipersensibilidad, distinta al asma, y está ocasionada por las plumas y los excrementos de las aves. Afecta sobre todo a criadores de palomas o periquitos en cantidades importantes y se manifiesta por tos seca, dificultad para respirar, escalofríos, fiebre y malestar general, que aparecen entre 4 y 6 horas después de haber estado en contacto con las aves.

Hay otra enfermedad alérgica, llamada síndrome ave-huevo, que combina una alergia alimentaria a la yema de huevo con rinitis y asma por la exposición a las plumas de las aves.

También puede haber alergia a ranas y reptiles, como iguanas y lagartos, por las escamas que desprenden pueden inducir reacciones alérgicas.

¿Qué otras causas pueden producir alergia con la exposición a un animal?

Los animales pueden tener otros alérgenos a los cuales el paciente también se puede hacer alérgico como garrapatas, pulgas, abundantes ácaros que se alimentan de la caspa del animal, hongos donde hay humedad, algunos alimentos como maíz en las gallinas, alpiste, linaza, cañamones para los pájaros o larva roja de mosquitos para alimentación de los peces de acuario.

¿Se puede tener alergia a unas razas de animal y no a otras?

No existen diferencias entre razas para ser más alérgicas por sí, pero sí que pueden secretar más grasas y desprender más caspa.

Hay razas de gatos con menor capacidad alergénica por estos motivos descritos como la Sphynx o esfinge, la Devon rex, Cornish rex, Siberian y Russian blue.

Entre las razas de perro se han descrito la Bedlington terrier, Yorkshire terrier, French poodle, Schnauzer y la Xoloitzcuintle.

También nos encontramos con pacientes alérgicos que toleran la presencia de un animal en concreto, habitualmente su propia mascota, pero no la de otros animales de su misma especie y raza. Aunque si están una temporada fuera por estudios o alternando residencia, al volver presentan nuevamente síntomas al contacto con su propia mascota.

¿Qué síntomas causa la alergia a los animales?

Las personas alérgicas a animales, cuando respiran las partículas del animal, pueden mostrar síntomas de rinoconjuntivitis e incluso asma. La exposición continuada al animal en la persona alérgica, puede aumentar la gravedad del asma ante el frío o el ejercicio.

Además, el contacto con el pelo, la caspa y/o la saliva de los animales en los alérgicos ocasiona picor, habones en la zona de contacto de la piel o en los párpados por llevarse las manos a los mismos.

Si se tiene alergia a la saliva se pueden experimentar síntomas cuando alguien es lamido por el animal o si se toca al animal después de que éste se haya estado lamiendo.

También puede haber reacciones alérgicas graves de anafilaxia como consecuencia de mordeduras de hámsteres, ratas, jerbos u otros roedores, o a través de heridas o pinchazos con jeringas y lancetas contaminadas con productos del animal.

¿Cuándo se sospecha la alergia a animales?

La sospecha de alergia a animales es evidente cuando la persona nota los síntomas a los pocos minutos de tocar el animal o permanecer en la casa donde se encuentre, y ve que desaparecen fuera de estos lugares.

La alergia resulta más difícil de sospechar cuando los síntomas son continuos y persisten sin estar el animal, o cuando la exposición a los animales no es tan aparente, porque la inflamación respiratoria es persistente en pacientes que están expuestos mucho tiempo, o también en el caso de los ratones que no se ven y esparcen la orina por amplias zonas de la vivienda.

Los cobayas o hámsteres pueden producir asma en la persona que los limpia, aunque no esté habitualmente con ellos, debido a la orina.

Los síntomas alérgicos pueden aparecer mucho tiempo después de convivir con el animal, de manera que las personas difícilmente aceptan que sea el responsable de los síntomas.

En personas con síntomas de alergia y asma, en los que no se identifica ninguna causa, siempre se ha de valorar una posible alergia a animales.

¿Cómo se diagnostica la alergia a los animales?

Se deben realizar pruebas alérgicas cutáneas para los animales habituales como perro, gato, caballo, conejo. Pero si está expuesto a animales especiales se deben recoger muestras de pelo, caspa y orirna del animal para realizar pruebas con ellos.

En los reptiles, habría que traer piel de su muda y en las aves también hay que estudiar la comida y excrementos de éstas.

Cuando hay falta de certeza de si los síntomas del paciente son responsables por la exposición al animal, se puede realizar una provocación con el extracto del animal estudiado ya sea por vía nasal u ocular.

ratones laboratorio

¿Cómo se trata la alergia a los animales?

El tratamiento idóneo en un paciente alérgico a un animal es retirarlo de la vivienda y evitar su contacto (Ver recomendaciones para pacientes alérgicos a animales)

Pero sabemos que muchas veces existen lazos afectivos que impiden la evitación del animal. Y en otras ocasiones son las obligaciones laborales (veterinarios, laboratorios de investigación, zoos) las que impiden evitar el contacto.

En estas situaciones y cuando el paciente presenta síntomas importantes se debe administrar un tratamiento sintomático con antihistamínicos, corticoides y broncodilatadores si se precisa y en caso de persistir los síntomas evaluar si existe tratamiento con inmunoterapia específica para ese animal (perro, gato, caballo, y en estudio con ratones, rata y conejo).

¿Los alérgicos pueden tener animales?

Los pacientes alérgicos tienden a hacerse alérgicos a sustancias potencialmente sensibilizantes de su entorno (sustancias que producen alergia), por lo que al cabo del tiempo pueden hacerse alérgicos.

Igualmente si es alérgico a un perro y adquiere un gato, con el tiempo también tendrá más probabilidad de ser alérgico también al gato.

¿Convivir con animales desde el nacimiento protege frente a padecer alergia?

No hay acuerdo sobre si la exposición a mascotas desde el nacimiento protege y evita la alergia del paciente predispuesto genéticamente.

Por otro lado, está la teoría de la higiene que indica que la exposición en granjas a animales grandes como vacas, donde hay bastantes endotoxinas bacterianas, podría proteger sobre el desarrollo de enfermedades alérgicas.

Ver recomendaciones para pacientes alérgicos a animales.