El omalizumab es un anticuerpo monoclonal dirigido contra el receptor de la IgE y frena la acción de la IgE, y por tanto la reacción alérgica producida por esta inmunoglulina IgE.
Pero, ¿qué es la IgE?
La IgE es una inmunoglobulina que actúa como defensa en el sistema inmunitario humano frente a los parásitos. Como indicamos en el apartado ¿qué es la alergia?, su función no es producir alergia, pero en los países desarrollados puede ocasionar reacciones de hipersensibilidad cuando reconoce específicamente a un alérgeno exterior, que al entrar en el organismo y ponerse en contacto con esta IgE específica fijada a células (mastocidos, basófilos), liberarán una gran cantidad de sustancias que provocan los síntomas característicos de la alergia.
Dado el papel que la IgE puede tener en el desarrollo de algunas enfermedades alérgicas la han convertido en el foco para tratar determinadas enfermedades alérgicas.
¿Cuándo está indicado el tratamiento con omalizumab?
El omalizumab está indicado en el tratamiento del asma alérgica de grado moderada-grave y que no esté bien controlada con tratamientos convencionales, como son los broncodilatadores y corticoides inhalados a dosis altas y en pacientes con una mala calidad de vida por su asma.
Está aprobado para la administración en niños a partir de 6 años y en adultos. La dosis de administración se calcula en función de las concentraciones en suero de los IgE total antes de inicio del tratamiento y en relación con el peso corporal. La administración se realiza subcutánea y de forma peródica cada 2-4 semanas según el perfil del paciente.
El omalizumab debe administrarse en un centro hospitalario bajo control por especialista de alergología o neumología, y tiene un coste elevado. El paciente debe permanecer una hora en observación para comprobar la tolerancia. Si no presenta efectos secundarios, el paciente puede realizar su actividad cotidiana.
Las reacciones adversas más frecuentes son las reacciones inflamatorias en el lugar de la inyección y la cefalea.
En muchas ocasiones, el uso del omalizumab no sólo consigue la mejoría clínica del paciente, sino que logra la reducción de medicamentos antiasmáticos como los corticoides y previene las crisis por asma.
Además, el omalizumab también está indicado en los pacientes con urticaria crónica que no responden a dosis elevadas de antihistamínicos. En estos casos las dosis de administración son más fijas, no dependiendo tanto del peso y en menor medida de la IgE y la duración del tiempo de administración recomendado es menor. La urticaria crónica es imprevisible, persistente y se manifiesta por picor crónico, habones y en ocasiones angioedema (hinchazón de párpados, labios u otras partes laxas del organismo) y puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de la persona.
Omalizumab está contraindicado durante el embarazo y la lactancia.