En esta Semana Mundial de la Alergia, vamos a repasar cómo se manifiesta la rinitis alérgica, qué agentes causales son más frecuentes y qué tiempos de tratamientos se pueden aplicar según la gravedad de la enfermedad.
¿Qué es la rinitis alérgica?
La rinitis alérgica es una inflamación de la mucosa nasal y se manifiesta con síntomas como mucosidad nasal, estornudos, congestión nasal o picor nasal.
Estos síntomas se presentan generalmente durante dos o más días seguidos y persisten más de una hora. La reacción suele ser inmediata cuando se expone a un alérgeno que causa alergia en el paciente.
Diferencia entre rinitis alérgica y catarro común:
En la rinitis alérgica la mucosidad nasal es transparente, sale de forma continuada, como un goteo, varía a lo largo del día y dura más tiempo. El catarro, que es una infección, se acompaña de fiebre o febrícula, los síntomas persisten durante todo el día, suele durar una semana y la mucosidad es más espesa y de color.
Causas comunes de rinitis alérgica: alérgenos
Los alérgenos más frecuentes que intervienen en la rinitis alérgica y el asma son:
- los ácaros del polvo y animales domésticos (alérgenos de interior).
- los alérgenos laborales. Surge como respuesta a un alérgeno que se transporta por el aire y que está presente en el lugar de trabajo. Las causas más comunes son animales de laboratorio, maderas, látex, enzimas, harinas, ácaros y sustancias químicas.
Otras causas de rinitis
La causa de rinitis más habitual es la rinitis infecciosa, también conocida como rinosinusitis, que es una inflamación que afecta a la mucosa nasal y a los senos paranasales. Esta rinitis puede ser vírica o bacteriana, y según la duración de los síntomas, aguda o crónica.
- Relacionadas con el trabajo, que puede deberse a una reacción alérgica o a un factor irritante.
- La rinitis inducida por fármacos, por efecto de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
- Rinitis hormonales.
- Rinitis inducidas por alimentos.
- Rinitis por cambios de temperatura bruscos.
- El humo del tabaco.
- La humedad.
- Los olores fuertes, que conocemos como rinitis vasomotora.
La rinitis medicamentosa, por otra parte, es la obstrucción nasal de rebote que presentan los pacientes que utilizan descongestionantes nasales de forma crónica. En estos casos es necesario retirar el medicamento responsable y aplicar otros fármacos para tratar la rinitis.
Influencia de la contaminación en la rinitis.
Los efectos agudos de la contaminación exterior en la rinitis alérgica son el aumento de los síntomas o de consultas por rinitis alérgica los días de mayor polución. La contaminación de los vehículos a motor favorece, por otra parte, el desarrollo de rinitis polínica. Igualmente, la contaminación es una causa importante de los síntomas nasales en las personas no alérgicas.
Diagnóstico de la rinitis alérgica.
El diagnóstico de la rinitis alérgica se basa en la concordancia entre una historia clínica de los síntomas alérgicos y las pruebas diagnósticas mediante pruebas alérgicas cutáneas para inhalantes como ácaros, pólenes, hongos y animales.
El hallazgo de pruebas positivas sin una clínica asociada no tiene ninguna utilidad, ya que muchas personas sin síntomas pueden presentar algún resultado positivo.
Cuando exista duda de si el resultado de la prueba cutánea es responsable de la rinitis alérgica se puede realizar una prueba de provocación nasal o conjuntival, que consisten en la aplicación del alérgeno sospechoso en la nariz o el ojo, con el objetivo de reproducir los síntomas referidos por el paciente.
Tratamiento para la rinoconjuntivitis alérgica.
El tratamiento farmacológico de la rinoconjuntivitis alérgica se debe adaptar a los síntomas del paciente y a la gravedad de estos.
Los antihistamínicos son un tratamiento sintomático (para reducir el picor y mucosidad líquida) pero no se considera que curen la enfermedad. Por ello, parece lógico tomarlos a demanda en función de los síntomas alérgicos.
También podemos utilizar los corticoides tópicos inhalados, que están indicados tanto en la rinitis alérgica como en la sinusitis y en la poliposis nasal. Se consideran como los fármacos más eficaces para el tratamiento de la rinitis. Resultan eficaces para reducir la congestión nasal, pero también en la disminución del prurito (picor) nasal, los estornudos y la rinorrea (secreciones). Aunque sus efectos se detectan a las pocas horas, su efecto óptimo se consigue al cabo de varios días o semanas consecutivos.
Existen otros tratamientos como descongestivos nasales, con los que hay que tener cuidado porque pueden producir rinitis medicamentosa. Y otros tratamientos menos potentes para la rinitis incluyen tratamientos locales en spray como antihistamínicos locales, anticolinérgicos, cromonas o antileucotrienos orales.
Además de la medicación para controlar los síntomas, se dispone de las vacunas con alérgenos (inmunoterapia) que, en la actualidad, es el único tratamiento específico para tratar la causa responsable de la alergia y alterar la evolución natural de las enfermedades alérgicas.
Si dejamos sin tratamiento a los pacientes con rinitis alérgica tienen más posibilidades de desarrollar asma. Y, al contrario, los pacientes con rinitis alérgicas que se tratan con vacunas para su alergia, no suelen desarrollar asma alérgica.
Más información sobre Rinitis alérgica y Asma.
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